Dulces típicos

Los dulces del Condado son muy sabrosos debido a la calidad de las materias primas con las que se elaboran, muy vinculadas a productos de la tierra, como las almendras, la sidra, el aceite, el vino o la miel. Tienen reminiscencias de las diversas culturas que han pasado por el territorio a través de los siglos y se transmiten sus recetas de generación en generación. Muchos de ellos se acompañan en su degustación con los vinos de licor, brandis y vinos de naranja de la zona.

Hay gran variedad de dulces como las tortas de Pascua y arrope de Bonares; la torta real y las poleás de Bollullos; las orejas de habas de Escacena; los hojaldres de miel y hornazos de Hinojos; las empanadillas, los pestiños y perrunas de Manzanilla; las petacas y ojuelas de Paterna; los panetes rocianeros; los brazos de gitano y roscos de Villalba y Villarrasa, así como las quesadillas y los apetecibles pastelitos de Moguer.

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